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Friday Jan 04, 2019
Una Fiesta de las Epifanías
Friday Jan 04, 2019
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¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos salir su estrella y hemos venido a adorarlo… Y la estrella que habían visto salir iba delante de ellos, hasta que por fin se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño. Cuando los sabios vieron la estrella, se alegraron mucho. (Mateo 2: 2,10).
Queridos amigos:
Estos primeros versos del segundo capítulo de Mateo se encuentran entre los relatos más llenos de acción que hay en los sesenta y seis libros de la Biblia. A un guionista de Hollywood le sería difícil igualar la intriga, el triunfo y la tragedia. Como predicador, estoy sumergido en la riqueza simbólica de este evangelio. Un solo sermón no le hace justicia. Pero vamos a intentarlo...
El diccionario nos dice que una "epifanía" es: una manifestación o revelación divina con el sentido de comprender la esencia de algo. Este evangelio para la fiesta de la Epifanía es literalmente una fiesta de ellas. Está lleno de ideas sobre el significado de la venida de Cristo y la transformación que promete.
Comienza con la visión de los magos. Ellos habían dedicado sus vidas a estudiar los cielos. Y luego, de repente, observaron una luz brillante que nunca habían visto. Aun con todo su conocimiento astronómico, quedaron desconcertados. Dejaron todo y se dispusieron a seguir adonde los llevara esta extraña estrella. Milla tras milla, sobre montañas y desiertos, se guiaron fielmente en este único y celestial indicador que los llevó al recién nacido Jesús.
El viaje de los Magos nos plantea algunas preguntas desafiantes: ¿Qué estrella sigues? ¿Te Conduce a Jesús? ¿O tratas de conseguir y mantener más cosas ... llenando el agujero en tu alma con cosas ... un cheque más grande, una casa más grande, boletos de temporada, la mejor mesa, un i-Phone 10, los zapatos deportivos más modernos? Claro que es bueno tenerlos. Pero vaya a tantos funerales como yo he asistido y todo eso se reduce a algo insignificante. Los magos lo entendieron bien la primera vez. Sigue la estrella hacia Jesús ... su amor, su camino ... es todo lo que perdura.
Los cuatro evangelios tienen ejemplos del Mesías del Pueblo Elegido reuniéndose con todo tipo de gente, creados por Dios. Significativamente, desde el nacimiento de Jesús, Dios movilizó los cielos para llegar hasta Persia. Hoy seguimos los pasos de los magos. Nuestra casa está más lejos de Belén que la casa de los magos en Persia. Pero su llamado es igual de fuerte. Su estrella es igual de brillante.
Seguimos a Cristo desde todas las culturas y a través de milenios. Las puertas del cielo se han abierto para nosotros. No importa cuán humilde sea nuestra condición, estamos ante el trono de Dios, no menos noble que los reyes, ni menos amados que los profetas, ni menos autorizados que Abraham, Isaac y Jacob. Los magos no llegaron con las manos vacías. Y tampoco nosotros deberíamos hacerlo.
Jesús, el Hijo de Dios, la segunda persona de la Santísima Trinidad, no necesita nuestro oro, incienso y mirra. Toda la creación hace su voluntad. Pero él quiere que devolvamos algo por nuestro propio bien ... para demostrar nuestra gratitud, para que arriesguemos el pellejo por él.
Nuestros dones, nuestros diezmos, nuestra caridad, nuestro servicio ... todas nuestras buenas obras ... no compran el amor de Dios. El amor de Dios lo hemos tenido desde antes de la Creación. Nuestros dones no compran la redención. Son dones absolutos. Los magos no sobornaron a la estrella para guiarlos a Jesús. Ellos no le pagaron a la Virgen María ni a San José para poder ver a su hijo. Sin reclamos ni condiciones, humildemente, ellos pusieron sus dones a los pies del rey recién nacido con admiración, adoración, gratitud ... y nosotros también deberíamos hacerlo.
Y luego está Herodes. El mundo lo ha visto siempre de la misma manera. En su alma egocéntrica, la Epifanía solo tiene valor si tiene que ver con él. Es su oportunidad para eliminar a un rival potencial, sin importarle el costo. Engaño, decepción, asesinato en masa—cosas que afligen a otras personas—para él, son solo la forma de hacer negocios de un tirano.
Hoy en día, asesinos y tiranos ... tanto extranjeros como nacionales ... no están en peligro de extinción. Estamos horrorizados por sus actos. Pero para ser honesto ... ¿no tenemos todos unos pequeños toques de Herodes en nosotros? Frecuentemente nos decimos a nosotros mismos que somos los árbitros del bien y del mal. Lo que vemos como bueno para nosotros, obviamente debe ser el bien. No actuamos en la escala de Herodes, pero sí dejamos que nuestros egos nos arrastren como bueyes halados por aros en las narices.
La Epifanía es un buen momento para alterar ese curso. Es hora de recordar que solo Jesús es el camino, la verdad y la luz. Es hora de reconocer que nuestra estrella es la gracia de Dios y que todavía nos conduce a Cristo.
Aquí, en la Diócesis Episcopal de Carolina del Norte, contamos con la ayuda de un sistema de GPS espiritual que fue instalado por primera vez por el Obispo Primado Michael Curry para ayudarnos a encontrar nuestro camino hacia Jesús. Se llama EL CAMINO DEL AMOR y establece una secuencia de prácticas que nos ponen al día con Cristo y nos llevan a él de una manera liberadora y vivificante.
Como los magos actuales, nos dirigimos hacia la estrella del amor de Cristo por el mundo. Lo reconocemos, porque arde más fuerte que cualquier otro. Luego evocamos la fe para seguir adonde nos lleva la estrella de su amor.
Pero no viajamos ciegamente en la fe. Aprendemos continuamente todo lo que podemos de Jesús y sus enseñanzas, nos dedicamos cada día a leer y reflexionar sobre las Escrituras ... aprendiendo a verlo y saludarlo en todas las personas con las que nos encontramos cada día.
Comprometidos e informados, oramos para mantener el camino ... ofreciendo nuestras actividades diarias, nuestros logros, nuestras tristezas a El. A veces nuestra oración es formal, otras veces es un breve y silencioso momento de petición, de dedicación, de gratitud. Y así, oramos siempre, a veces con palabras ... muchas veces con acción, siempre con amor.
Los magos no viajaron solos. Ellos hicieron juntos el camino buscando a Jesús. Y así lo debemos hacer ...reuniéndonos semanalmente en comunidad para adorar ... agradecer, alabar y acercándonos más a Dios ... uniendo fuerzas el uno con el otro para el viaje.
No venimos desde el Este cargando tesoros, pero hemos sido bendecidos con los dones otorgados por Dios de tiempo, talento y tesoro ... conociendo que son nuestros dones para compartir. Y así, como el Padre nos ha bendecido, podemos bendecir a otros con los dones de nuestro servicio, nuestro apoyo, nuestra generosidad, nuestra amabilidad y consideración.
EL CAMINO DEL AMOR es lo que llamamos la rama episcopal del Movimiento de Jesús. Movimiento ... acción ... progreso ... dinamismo, estos son atributos comunes que describen el acercamiento a nuestra fe. Somos discípulos, no espectadores. Todos los días respondemos al llamado de Cristo para ir y dar el testimonio de su amor al mundo.
Nuestro viaje con Jesús no es una carrera corta. Es un maratón de por vida, donde podemos encontrarnos con obstáculos, donde tropezamos y perdemos nuestro camino. Por eso, tan importante como caminar, es descansar, para recuperar nuestra fortaleza y reorientarnos. Es todo parte del plan que tiene Dios para nosotros.
Y para cada uno de nosotros, ese plan se está desarrollando cada nuevo día ... otra alegría, otra tristeza ... otro logro, otra decepción ... otro descubrimiento, otra Epifanía ... en la búsqueda de amor, libertad y vida abundante en Cristo.
Jesús te está esperando. En alegre alabanza y adoración, sigamos juntos su estrella. Vamos a celebrar esta Epifanía en EL CAMINO DEL AMOR ... otro año más cerca de Cristo.
Dios nos ama a todos. No hay exceptions!
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